Resulta que la lujosa mansión con veinte habitaciones, ocho cuartos de baño y piscina climatizada del "número dos" de Clinton, en una de las barriadas más selectas de Nashville (Tennessee), tiene un consumo eléctrico 20 veces superior al de un hogar medio en EE UU. El encargado de destapar el "agujero" ha sido el Center for Policy de Tennessee, un grupo empeñado en defender el libre mercado contra ideas intervencionistas. Los datos han sido aireados, quizás casualmente, por la misma web que sacó a la luz el escándalo Lewinsk. La casa de Gore devoró el año pasado energía eléctrica que supuso un recibo mensual medio de 1.026 euros.
Ejemplo
A esta cifra hay que añadir otros 815 euros de gas natural. «No me importa que una persona gaste una fortuna en electricidad, pero el problema es cuando uno se dedica a pontificar sobre cómo debe vivir el resto y es el primero en no seguir sus propias reglas», ha dicho Drew Johnson, el activista conservador que ha contabilizado la factura eléctrica de la familia del ex vicepresidente.
Los asesores del que fuera contrincante de Bush en la carrera por la Casa Blanca se han apresurado a justificar los datos. Así, según estas fuentes, el matrimonio Gore trabaja en casa y desde el año pasado reciben su suministro eléctrico a través de un programa de "green power", de los que aspiran a estimular a través de unidades compensatorias el uso de fuentes energéticas renovables. Además, la mansión, situada en la exclusiva barriada de Belle Meade, se encuentra en plenas obras para instalar paneles solares con el fin de reducir la gula eléctrica.
Esos esfuerzos no impresionan a Drew Johnson. El activista conservador «apreció» la idea de los paneles, pero recordó que los Gore también tienen faroles de gas en su jardín, una piscina caldeada y puertas eléctricas. «Aunque agradezco que haya cambiado algunas bombillas, lo cierto es que no tiene el estilo de vida por el que aboga», censuró Johnson, que en una entrevista publicada ayer el periódico local "Tennessean" apuntó que el ex senador demócrata «gasta tanta energía en un mes como una familia media de EE UU en un año».
La polémica desatada por la filtración de los datos no ha dejado indiferente a nadie. Algunos creen que con una vivienda de 930 metros cuadrados, muy superior al tamaño de la residencia tipo del sueño americano, no es de extrañar un consumo superior al de la media. Otros critican abiertamente al director de "Una verdad incómoda" por no predicar con el ejemplo.